~folus~ repiensa y condensa las sombras de piezas anteriores dejando su impronta a fuego sobre la pared. A través de un dibujo que se engarza como las volutas de humo que deja tras de sí una llama extinta, las formas devienen fantasmagorías de algo que lucha por permanecer. A través del fuego y el calor como agentes que destruyen, dibujan y moldean, Spinelli genera una ruina templada, un rastro quemado, un paisaje indeterminado.

“El modo en que la cultura participa en los procesos industriales de extractivismo natural es el tema de M1 (ajuar de mouras) de Cristina Spinelli. La restauración de la decoración de un palacio en Madridl le permite aplicar técnicas de impresión 3D en plásticos para hacer un paralelo entre la seriación del artificio ornamental y la producción transgénica actual, tomando el maíz como ejemplio claro”. - Tania Pardo y Manuel Segade

"En estas piezas de Cristina Spinelli se condensan objetos en una suerte de superficies acuosas: patrones de pétalos de flores, orquídeas secas, fragmentos de códigos ornamentales arquitectónicos, marañas de hilos que son restos de dibujos realizados con un bolígrafo 3D, errores de impresiones tridimensionales de mazorcas realizadas con plásticos hechos de maíz fermentado, azúcares solidificados, granos secos también de maíz…

Todos ellos son fragmentos de códigos caligráficos, digitales o genéticos, pedazos de léxico de lenguajes, pequeños fallos inconexos como los glichts que corrompen la composición de una imagen en la pantalla. Los límites entre lo real y lo virtual se diluyen y moldean una nueva materialidad, ni totalmente natural ni totalmente artificial. Cuestionar qué percibimos nos hace preguntarnos cómo se conforma, cuál es la información de los datos y de la materia, ahora descompuesta y palpable”. - Marta Ramos Yzquierdo

Tomando como referencia detalles vegetales arquitectónicos y producidas en materiales plásticos de impresión 3D con dibujo a mano alzada sobre éstos mismos, estas piezas evidencian su carácter artificial y reflexionan sobre la idea de perfección asociada a elementos orgánicos que no pueden serlo dada su naturaleza, pero que han sido alterados por el ser humano para serlo. Un ejemplo claro es el maíz, elemento sobrediseñado hoy en día por la industria transgénica y que además se utiliza para producir el plástico empleado por las máquinas de impresión 3D. De este modo, a través de errores de reproducción y las características formales del propio material se indaga en la evidencia el artificio, la representación alienada de lo natural y el paso de lo tradicional a lo industrial.

Estas piezas realizan una aproximación al conflicto entre lo natural y lo artificial, a la idea de reproductibilidad y seriación y otros procesos industriales en relación a la naturaleza y su representación. Mediante la acción de traducir formas orgánicas a materiales sintéticos —que a su vez provienen de sustancias orgánicas— se reflexiona sobre la idea de sinceridad material, evidenciando la homogenización formal de los procesos industriales, en una suerte de subvertir su utilidad hegemónica.

En Overlapping resonances Cristina Spinelli ha trabajado con cera reciclada y fuego como elementos para reflexionar sobre las formas que ocupan los materiales, indagando en su poder representacional y en las nuevas relaciones que convocan configurándose en estas esculturas. Hay algo de litúrgico en el uso de la cera para describir nuevos volúmenes y encapsular en éstos materiales como el nácar o un caramelo. Casualmente todos ellos necesitan de haber sido fluidos para articularse en lo que son ahora: la cera y la escayola para ser trabajadas, así como el caramelo líquido impregna la violeta para escarcharla en azúcar, o el nácar que pasa de mucosa para convertirse en concha. Lo que en cierto momento ha fluido para abrazar y sostener a otras formas ahora las petrifica como lo hacen las sales en las paredes de una gruta. Es difícil determinar si las figuras emergen o desaparecen en el material, que deja intuir esos elementos vegetales, arrastrando historias de su pasado. 

Cristina Spinelli ha trabajado con cera reciclada y fuego como elementos para reflexionar sobre las formas que ocupan los materiales, indagando en su poder representacional y en las nuevas relaciones que convocan configurándose en estas esculturas. Hay algo de litúrgico en el uso de la cera para describir nuevos volúmenes y encapsular en éstos materiales como el nácar o un caramelo. Casualmente todos ellos necesitan de haber sido fluidos para articularse en lo que son ahora: la cera y la escayola para ser trabajadas, así como el caramelo líquido impregna la violeta para escarcharla en azúcar, o el nácar que pasa de mucosa para convertirse en concha. Lo que en cierto momento ha fluido para abrazar y sostener a otras formas ahora las petrifica como lo hacen las sales en las paredes de una gruta. Es difícil determinar si las figuras emergen o desaparecen en el material, que deja intuir esos elementos vegetales, arrastrando historias de su pasado.

~funus~ repiensa y condensa las sombras de piezas anteriores dejando su impronta a fuego sobre la pared. A través de un dibujo que se engarza como las volutas de humo que deja tras de sí una llama extinta, las formas devienen fantasmagorías de algo que lucha por permanecer. A través del fuego y el calor como agentes que destruyen, dibujan y moldean, Spinelli genera una ruina templada, un rastro quemado, un paisaje indeterminado.

Esta pieza repiensa y condensa las sombras de M? rosas (ajuar de mouras) dejando su impronta a fuego sobre la pared. A través de un dibujo que se engarza como las volutas de humo que deja tras de sí una llama extinta, las formas devienen fantasmagorías de algo que lucha por permanecer. A través del fuego y el calor como agentes que destruyen, dibujan y moldean, ~fulli~ genera una ruina templada, un rastro quemado, un paisaje indeterminado.

“El trabajo de Cristina Spinelli indaga en la relación entre texto e imagen en el ámbito de la cultura digital. Esta serie de piezas escultóricas materializa las tripas de las imágenes, jugando con lo visible y lo invisible, lo inteligible y lo ilegible que condiciona su producción y el acceso a ellas en ese predominante escenario de las tecnologías digitales. El material base de estas piezas es el archivo fotográfico personal de Cristina Spinelli, que somete a un proceso de reciclaje. Para ello, emplea la base de esas imágenes: no la imagen final, sino el código que las genera. (...) la mayor parte de esos datos corresponden a lo que la teórica y artista Hito Steyerl señala como “una nueva gramática, legible por medio de máquinas y basada en la imagen” (...) Y es ese código ilegible lo que Spinelli emplea para destruir las imágenes digitales a través de un procedimiento analógico. La materialización de estas piezas en volúmenes escultóricos ofrece un cuerpo a esa maraña de código, reformula la saturación de datos en otra apariencia, un cuerpo para el imaginario personal”. - Manuela Pedrón Nicolau

“El trabajo de Cristina Spinelli indaga en la relación entre texto e imagen en el ámbito de la cultura digital. Esta serie de piezas escultóricas materializa las tripas de las imágenes, jugando con lo visible y lo invisible, lo inteligible y lo ilegible que condiciona su producción y el acceso a ellas en ese predominante escenario de las tecnologías digitales. El material base de estas piezas es el archivo fotográfico personal de Cristina Spinelli, que somete a un proceso de reciclaje. Para ello, emplea la base de esas imágenes: no la imagen final, sino el código que las genera. (...) la mayor parte de esos datos corresponden a lo que la teórica y artista Hito Steyerl señala como “una nueva gramática, legible por medio de máquinas y basada en la imagen” (...) Y es ese código ilegible lo que Spinelli emplea para destruir las imágenes digitales a través de un procedimiento analógico. La materialización de estas piezas en volúmenes escultóricos ofrece un cuerpo a esa maraña de código, reformula la saturación de datos en otra apariencia, un cuerpo para el imaginario personal”. - Manuela Pedrón Nicolau

“Una imagen viscosa y reluciente se acerca y se aleja a modo de zoom a niveles que serían imposibles de captar por el ojo humano. Más tarde percibimos que ese fragoso terreno violeta corresponde al acercamiento de unas esculturas: los cuerpos de unas imágenes que han cambiado de forma, mostrando y alterando un texto —el código digital ha traspasado a físico, generando así una masa de papel que se han convertido en un espeso conglomerado lleno de matices y caracteres inconexos—”. - Clàudia Elies